
Por Tom Hayden
El 12 de mayo, el presidente Obama sostuvo una conversación confidencial en la Casa Blanca con el presidente de Uruguay, José Mujica, el ex líder guerrillero Tupamaro. La reunión fue premonitoria. ¿Discutieron que Uruguay se convertía en la primera República de Marihuana? Quizás. ¿Discutieron el impasse diplomático de 55 años entre Estados Unidos y Cuba? Sin duda, porque tres semanas después, en una reunión de la Organización de Estados Americanos (OEA) celebrada en Uruguay, los delegados reafirmaron la decisión de invitar oficialmente a Cuba a una cumbre en Panamá el próximo mayo.
La administración Obama tendrá que aceptar el reconocimiento de Cuba por parte de la OEA esta primavera o quedarse tímidamente en el aislamiento. Hace cincuenta años, la OEA votó 15 a 4 romper relaciones diplomáticas y comerciales con la Cuba revolucionaria. Uruguay fue uno de los cuatro que disintieron en esos días, cuando el revolucionario Mujica se encontraba en la clandestinidad, y desde entonces no ha variado su posición. No hay que tener canas para observar que la política de EE.UU. hacia Cuba es obsoleta y contraproducente. Hace diez años, el entonces senador estatal Barack Obama pidió el reconocimiento diplomático. Recientemente Hillary Clinton reveló su apoyo para reconocer a Cuba durante su mandato como secretaria de Estado. Encuestas recientes, incluso en la Florida, muestran que las mayorías favorecen la normalización. Los círculos más allegados al poder en ambos países están tratando de explorar un acercamiento, temerosos de trampas y de críticas en ambos países. Sigue leyendo →