Charlie Crist visita La Pequeña Habana en busca del voto hispano

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ALFONSO CHARDY

Charlie Crist, el candidato demócrata a la gobernación de la Florida, visitó el miércoles el hogar de la puertorriqueña-argentina Mariame Rodríguez en el octavo piso de un edificio de apartamentos en La Pequeña Habana.

Evidentemente, la visita fue un acto de campaña que sirvió como escaparate de la estrategia de Crist de cortejar el apoyo de los votantes hispanos en el sur de la Florida.

Pero la visita de unos 20 minutos de duración también le dio la oportunidad a Rodríguez de contarle su historia de tribulaciones Crist, algo que ella quería hacer por su cuenta cuando envió un correo electrónico al Partido Demócrata de la Florida quejándose del rechazo a la ampliación del Medicaid en el estado.

Crist y el gobernador republicano Rick Scott, que busca reelegirse por otros cuatro años, han desarrollado estrategias que incluyen visitas frecuentes a sitios donde predominan los hispanos en el sur de la Florida – tales como La Pequeña Habana, Hialeah, Westchester y Kendall. Sigue leyendo

Crist pide el fin del embargo en el corazón del exilio en Miami

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“La definición de demencia es hacer lo mismo una y otra vez y esperar un resultado diferente”, dice el exgobernador de Florida, que abrió una oficina de campaña en La Pequeña Habana

Redacción CE, Madrid | 06/07/2014 1:33 pm

En su paso reciente por el barrio de La Pequeña Habana en Miami, el candidato demócrata a gobernador Charlie Crist dijo en público lo que pocos se atreven a decir al pedir el voto de los cubano-estadounidenses: Hay que poner fin al embargo comercial de Estados Unidos sobre Cuba, informa la agencia AP.

“Si realmente les importan la gente en la isla, tenemos que liquidar el embargo y dejar que reine la libertad”, dijo a los gritos, mientras un pequeño grupo de opositores clamaba “¡vergüenza!”. No obstante, los gritos a favor de Crist fueron más fuertes.

La escena hubiese sido inconcebible unos años atrás, cuando los políticos se cuidaban mucho al hablar sobre el tema por miedo a malquistarse con los votantes cubano-estadounidenses, muchos de los cuales habían huido de la Cuba de Fidel Castro en la década de 1960. Sigue leyendo