LA HABANA
Los turistas estadounidenses ya recorren las calles de La Habana Vieja para acudir a charlas sobre arquitectura y reunirse con músicos de jazz, pero hasta ahora no han podido tenderse al sol bebiendo mojitos en complejos turísticos en las playas de arena blanca de Cuba.
Los ciudadanos estadounidenses pueden participar en viajes «De pueblo a pueblo» desde 2011, una de las primeras medidas tomadas por el gobierno de Barack Obama para promover la distensión con Cuba, en los que abundan las actividades educativas y el tiempo libre es mínimo.
Ahora se espera un aumento importante de esos intercambios culturales y también se espera que haya menos burocracia y más flexibilidad tras el anuncio de la semana pasada de que Cuba y Estados Unidos reanudarán sus relaciones diplomáticas interrumpidas por más de 50 años.