The New York Times • 15 de diciembre, 2014
A continuación Nuevodebatecuba reproduce íntegramente el último editorial publicado por el diario The New York Times
Por El Comité Editorial
En julio de 2007, cuando Raúl Castro estaba al mando del país mientras su hermano recibía atención médica, el presidente interino emitió una crítica asombrosa de la economía cubana al describir las ineficiencias de la industria láctea. Su descripción del oneroso y costoso mecanismo para llevar la leche de las vacas hasta la mesa familiar era una historia ya conocida para los cubanos, quienes han sido sometidos por décadas a una economía centralizada, que se encuentra entre las más disfuncionales y anómalas del mundo. Pronto se hizo evidente que la inesperada franqueza de Castro ese día representaba el inicio de una era de transformación para la economía de la isla.
Luego de que Fidel Castro cediera el poder a su hermano en 2008, el Gobierno cubano inició una serie de reformas que han permitido que sus ciudadanos comiencen a crear formas de sustento que no están completamente sujetas al control del Estado. El ritmo ha sido vacilante, con mucho retroceso propiciado por la antigua guardia del Gobierno, que considera una mayor liberalización de la economía como un repudio del sistema socialista que Fidel Castro hizo sacrosanto. Sigue leyendo