Por Arturo López Levi
Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba están abriendo embajadas esta semana en La Habana y Washington, un hecho que constituye un parteaguas trascendental en la ruta hacia la normalización plena de relaciones entre ambos estados y sociedades.
Este suceso representa también una enorme victoria para la democracia porque los dos gobiernos han obrado siguiendo el sentir de la gran mayoría de sus pueblos. Los pasos dados por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro son la expresión de fuertes tendencias que en ambas sociedades favorecen el establecimiento de relaciones pacíficas y constructivas entre Cuba y EE.UU. Sigue leyendo