Por David Montgomery
Peter Mullaly, dueño de Eastern Shore Flagpoles, estaba al otro lado de la calle 16 NW, frente a la mansión de piedra caliza que es sede de la Sección de Intereses de Cuba. En la mañana del miércoles, gritó a su tripulación de montadores de astas, que estaban trabajando en el jardín:
“Tal vez un poco más a la derecha! Sólo una pizca de esa manera! Sólo una pizca!”
Los trabajadores se daban codazos con el poste de aluminio de 30 pies, dirigido un poco al norte. Mullaly ajustaba a vuelo de ojo el asta, comparándola con las líneas verticales de las ventanas y las columnas. “El ojo es la herramienta final”, explicó a un reportero. Sigue leyendo