Por María Antonia García Alonso
El programa de becas SOMOS UN SOLO PUEBLO organizado por la Fundación Nacional Cubano Americana (CANF) a través de su dependencia la fundación de derechos humanos en Cuba, desde su concepción estuvo destinado al fracaso. A partir de que se convirtió, lo que pudo ser un fructuoso intercambio estudiantil, en otro instrumento político para propiciar un cambio de régimen en la isla, desde el exterior. Considero que fue su mayor error conferirles a algunos grupos políticos de la llamada disidencia en Cuba, la potestad de seleccionar los estudiantes para las becas en EE.UU.
Contrario a lo que se promulga, trabajar con la sociedad civil cubana, desde ese momento el programa dejó de ser para jóvenes representantes de la sociedad civil cubana en toda su dimensión y paso a ser un programa para los familiares y amigos de los disidentes, una disidencia que no es genuina, ni mucho menos mayoritaria, aplicándose así la máxima segregacionista de la universidad para los contrarrevolucionarios. Paradójicamente la misma filosofía que teóricamente aplica el gobierno cubano y que tanto hemos criticado. Digo teóricamente, porque según medios alternativos de Miami, se ha patentizado que varios de estos jóvenes, no salieron de las universidades cubanas precisamente por sus ideas políticas o su activismo cívico. Sigue leyendo