Por Jesús Arboleya
LA HABANA. Basta revisar algunos de los sitios web de la prensa oficial cubana, en la zona de comentarios, para comprobar el volumen y la naturaleza de las protestas de los ciudadanos, que se consideran perjudicados por las regulaciones anunciadas por la Aduana Nacional de la República, respecto a la importación de productos no comerciales.
De todas formas, quisiera referirme a un asunto relacionado con estas medidas que apenas ha sido mencionado y es sobre su impacto en el comercio entre Miami y La Habana – dígase Cuba – y sus consecuencias para las relaciones con Estados Unidos.
Ambos gobiernos prácticamente ignoran la existencia de este mercado y son escasos los estudios que abordan el tema. Sin embargo, estamos hablando del tráfico de más de medio millón de personas anualmente, lo que implica el mantenimiento de una amplia infraestructura de ventas y aeroportuaria en ambos lados, a lo que se suma el impacto de estas personas en los mercados locales cuando permanecen de visita. Además se mueven miles de millones de dólares en remesas y otro tanto en el comercio de productos. Sigue leyendo