EFE
La Habana — No tienen a su selección en Brasil y su deporte nacional es el béisbol, pero los cubanos viven el Mundial con la misma pasión que en cualquier otro país y un entusiasmo que confirma que la fiebre por el fútbol se ha instalado en la isla para quedarse.
En pantallas gigantes ubicadas en cines, cafeterías, hoteles o a través de la televisión en sus viviendas, los cubanos siguen partido a partido el mundial vestidos con las camisetas de sus selecciones preferidas, mientras en las calles muchos automóviles y los populares bicitaxis ondean banderas de los equipos que disputan el campeonato.
La canarinha brasilera y Argentina están entre las preferencias de los aficionados cubanos y los más jóvenes corean los nombres de Messi y Neymar (ahora retirado del mundial por una lesión) al ser preguntados por sus estrellas preferidas.
“Nosotros no tenemos un equipo en el Mundial pero estamos disfrutando bastante el campeonato. Muchos le van a Brasil, muchos le van a Argentina. Yo a Argentina. Messi, el mejor del mundo”, comentó a Efe Víctor, un muchacho habanero.
Muchos en la isla vaticinan una final latinoamericana en Brasil, entre ellos el presidente de la Federación Cubana de Fútbol, Luis Hernández, quien, en declaraciones a Efe, calificó el campeonato como “muy intenso por el alto nivel individual y colectivo de los equipos y los jugadores”.
La pasión en Cuba por el Mundial de Brasil no hace más que confirmar la efervescencia futbolística que se ha desatado en la isla en los últimos años, gracias en buena parte a la apuesta de los medios de comunicación cubanos por las retransmisiones de partidos de ligas internacionales o de países como España.
“Se hizo un estudio de la población de menos de 25-30 años en Cuba y al 85 por ciento le gusta más el fútbol. Se debe fundamentalmente a que los medios de comunicación han difundido mucho el fútbol en Cuba”, explicó a Efe Dariem Díaz, técnico del equipo de primera división de La Habana.
Esos datos se comprueban con un simple paseo por La Habana: niños y jóvenes han cambiado el bate y guante beisboleros para llenar las calles de improvisados partidos de fútbol donde las porterías se arman con dos piedras, cajas de cartón o artesanales estructuras metálicas y donde un viejo balón sirve para movilizar a toda la chiquillería.
El presidente de la Federación Cubana de Fútbol recuerda que la práctica oficial de este deporte en la isla se remonta a 1911 pero admite que en los últimos años se ha producido “un gran movimiento y una gran incorporación de niños y jóvenes”.
“Lo más importante es que el fútbol es un deporte que llega a todos los lugares, es un deporte muy barato para poder desarrollarlo, no se necesitan grandes materiales: con un balón puede jugar un barrio completo”, indicó Luis Hernández.
La popularidad que el fútbol ha cobrado en Cuba lleva a preguntarse si acabará desplazando al béisbol, que tradicionalmente ha sido una de las señas de identidad del país.
“Yo siempre digo que hay aficionados para el fútbol y aficionados para el béisbol. Nos gusta que triunfe el béisbol y nos gustaría también que el fútbol lograra los planos estelares que ha logrado la pelota cubana”, responde el responsable de la Federación de Fútbol a esa cuestión.
En cualquier caso, la creciente pasión por el fútbol en la isla aún no se corresponde con los escasos logros internacionales de los equipos cubanos, si bien las esperanzas están puestas en las nuevas generaciones y muchos sueñan con poder ver a Cuba en un próximo mundial.
“Hay ya un trabajo masivo desde la base y los resultados van llegando poco a poco. Por ejemplo el año pasado el equipo sub’20 cubano clasificó por primera vez para Turquía para la final del campeonato mundial”, recuerda Luis Hernández.
“Sí vemos un despegue, pero tenemos que seguir trabajando. El sueño de todos nosotros es que Cuba clasifique para el Mundial de Rusia”, dijo el entrenador Díaz.