Por María Antonia García Alonso
La nadadora estadounidense de larga distancia Diana Nyad, de 64 años ha logrado una hazaña: convertirse en la primera persona que logra cruzar a nado de Cuba (La Habana) a la Florida (Cayo Hueso), Estados Unidos, sin utilizar la jaula de protección contra tiburones. Nyad comenzó la travesía de 166 kilómetros el pasado sábado, a las 9 de la mañana, en la Marina Hemingway y logra finalmente tocar tierra el pasado lunes a las 13.48 hora local en Key West, tras 52 horas, 54 minutos y 18 segundos en el agua.
Diana es símbolo de valor, voluntad y perseverancia sin igual cuando se quiere cristalizar un sueño, cuando se quiere lograr una meta, sus brazadas llevaron el mensaje de esos nexos históricos y culturales que unen a Cuba y a los Estados Unidos. Ella logró lo que se propuso: llegar a las costas de Cayo Hueso. Esa misma voluntad traducida a un entorno social y político es la que debe primar en el cambio de una política más pragmática y realista del gobierno de los Estados Unidos hacia Cuba para crear un clima que favorezca el acercamiento en el orden diplomático que conduzca al restablecimiento de las relaciones entre ambos países y el fin de bloqueo económico, comercial y financiero que por más de cincuenta años padece la isla. Hoy más que nunca se acortan las distancias.