Manuel F. Leiva
Ciertamente uno de los cambios propiciados por las reformas económicas de mayor impacto en la sociedad cubana -y que debe ser aún superior a mediano y largo plazo- es, sin duda alguna, la apertura del emergente sector privado o “cuentapropismo”, como se le conoce popularmente en la Isla. Algo hasta hace poco imposible de imaginar en un país en el que el Estado ocupó durante medio siglo la función empresario/emprendedor.
Esos aires de transformaciones muestran oportunidades económicas que deben ser apoyadas con proyectos bien estructurados y con visión de futuro; capaces de estar a la altura del inédito escenario, el cual requiere de la formación urgente de un nuevo pensamiento económico basado en la creatividad, iniciativa y optimismo, además de disposición a enfrentar con inteligencia incertidumbres y riesgos. Sigue leyendo