Arturo López-Levy
Por décadas, el gobierno cubano ha denunciado la Ley de Ajuste Cubano de 1966, como “la ley asesina”, culpando al estatuto norteamericano por la migración de miles de cubanos a la Florida. Esa interpretación nunca ha tenido efecto en los gestores de política en EE.UU, pues ignora los factores del sistema económico y político en la isla que empujan a los cubanos a emigrar. Por extraña coincidencia, ahora han aparecido sectores vinculados al embargo norteamericano que insisten, cada vez con más fuerza, en la necesidad de derogar la ley. Sigue leyendo